
En una rama del fresno pelado
canta la calandria,
imitando a los otros.
Busco la palabra para nombrar
esas partículas de sonido
robadas
inventadas
enhebradas
propias
síncopas
sibilantes
ondulantes
puras
¿A quién escucharía cummings
cuando escribió: “ahora los oídos
de mis oídos despiertan”?
Despedido el día
la calandria se retira
a dormir al cerco
acompañada
La palabra no llega
solo el susurro del frío.
Pero entre las ramas
veo la luna
rodar.
Fabiana Fondevila