Cuando sea humus.
Cuando las letras
de mi nombre
empujen el micelio
y lleven mensajes
cifrados
de árbol en árbol.
Cuando la huella
de mis pensamientos
horade túneles
para las lombrices
y mi aliento
nutra raíces
como poemas
con qué alegría
asomará la ortiga
a sorber el primer frío
del otoño
entre las calabazas
sedientas de sol,
con qué vigor
se hincharán las habas
en sus fundas de felpa,
con qué abandono dirán,
cuando estén listas:
“Ven, come, crece”.
.ff.