Suena el Río

“De pronto sentí el río en mí (…) Corría el río en mí con sus ramajes./ Era yo un río en el anochecer, y suspiraban en mí los árboles, y el sendero y las hierbas se apagaban en mí. Me atravesaba un río, me atravesaba un río!” 

Juan L. Ortiz, poeta litoraleño

Músicos, escritores, filósofos y predicadores han visto en el río -sus cursos serpenteantes, sus subidas y bajadas, sus remolinos inesperados, su fluir constante, su hondura- un espejo de la potencia de la vida. Su fuerza es la misma que empuja las mareas, impulsa a los salmones a nadar contra corriente para desovar, hace estallar la lluvia cuando la atmósfera colma el límite de humedad, y alienta al diente de león a atravesar un ojal en el pavimento, para soltar sus semillas al viento.

En los humanos esta fuerza se expresa de maneras aún más misteriosas. Es la energía que nos lleva a descubrir continentes, a explorar el fondo marino, a salir expelidos del único planeta que conocemos, a crear poemas y murales y sinfonías, a abrir el corazón incontables veces, a desplegarnos y crecer, y también, en tiempos tormentosos, a levantarnos de la cama y enfrentar un nuevo día.

Las tradiciones de sabiduría le dieron nombre a este misterio. El hinduismo lo bautizó prana (“principio vital”), la medicina china postuló el chi (qi, en japonés), materia prima de la salud y vitalidad, y al tao (principio supremo que orden y unidad a universo). En América fue k’uh, entre los mayas; camaquen, entre los incas. A comienzos del siglo XX, el filósofo francés Henri Bergson lo bautizó élan vital.

La medicina y la psicología hablan de “vitalidad”, una fuerza de carácter que se expresa como vigoroso entusiasmo con la vida, y que se cuenta entre las cinco virtudes más claramente asociadas con la satisfacción con la vida (las otras cuatro son la esperanza, la gratitud, la curiosidad y el amor).

Desde hace algunos años se estudia la vitalidad con ahínco, porque una investigación tras otra revela que es un componente clave en la salud, la longevidad, la inmunidad, y la calidad de los vínculos.

Estar vivo es un hecho biológico, pero sentirnos plenamente vivos es un estado del ser. Todos experimentamos momentos de vitalidad, instantes de sentir el río de la vida fluyendo correntoso por nuestro cuerpo y corazón. Si cultivamos a consciencia ese estado, si hilvanamos instantes vivos como cuentas de un collar, este estado puede convertirse de a poco en nuestra línea base; un nuevo rasgo de personalidad.

Para ampliar, fortalecer y cultivar estos estados, recurriremos a una técnica poderosa llamada “imaginación mítica”. ¿Qué es la imaginación mítica? Es la capacidad de crear, interpretar y vincularnos con relatos y símbolos míticos, antiguas narraciones que expresan verdades profundas sobre la naturaleza de la vida.

La imaginación mítica es inherentemente creativa y abre un portal para el autodescubrimiento, el crecimiento personal y la transformación.

En el viaje que haremos juntos, veremos diez “arquetipos de la vitalidad”. Un arquetipo es una imagen que habita en el Inconsciente colectivo, y que mueve impulsos y energía. Aunque es representado de distintas maneras en cada cultura, su esencia nos habla a todos.

Nos valdremos de un caleidoscopio -“artefacto para mirar cosas bellas”-, que iremos girando para enfocar a un arquetipo por vez.

Cada mes, exploraremos vivencialmente una figura; del Cosmonauta al Sabio. Miraremos a través de sus ojos, desplegaremos sus dones, nos empaparemos de su energía, y la usaremos para fogonear la transformación que pide pista en el corazón de cada uno.

Arquetipos de la vitalidad

1. CosmonautasVivir en lo infinito
2. SalvajesVivir en libertad 
3. AventurerosVivir con riesgo
4. MísticosVivir presentes
5. Héroes Vivir con vigor
6. BailarinesVivir con sensualidad
7. NiñosVivir con deleite
8. CreadoresVivir con imaginación
9. SabiosVivir con humildad
10. AmantesVivir enamorados

“La vida es una aventura audaz, o no es nada”, dijo la prodigiosa Helen Keller.

Te esperamos para ser audaces juntos. Digámosle un “sí” rotundo a la aventura de la vida!

Cuándo

Inicia la primera semana de marzo.

Días de cursada

Un encuentro semanal de 2 horas. Podrás elegir los miércoles, de 10 a 12 o los jueves, de 19 a 21. (hora argentina) Si alguna vez no pudieras asistir en tu horario, podrás sumarte al otro. O ver la clase en diferido.

Formato

Virtual por Zoom. Se entrega el video, el audio y la presentación a continuación de cada encuentro. El material queda disponible para siempre!

Arancel

$ 45.000 / U$D 45 por mes.

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