Los gansos salvajes

Poesías - Fabiana FondevilaNo tienes que ser bueno.

No tienes que recorrer el desierto arrodillado,
arrepintiéndote.
Sólo tienes que dejar que el animal suave de tu cuerpo
ame lo que ama.

Cuéntame de tu dolor, yo te contaré del mío.
Mientras tanto, el mundo sigue.
Mientras tanto, el sol y los guijarros claros de la lluvia
se desparraman sobre los paisajes,
sobre las praderas y los árboles profundos,
las montañas y los ríos.

Mientras tanto, los gansos salvajes, allá arriba en el límpido aire azul,
están volviendo a casa.

Quienquiera que seas, no importa cuán solo te sientas,
el mundo se ofrece a tu imaginación,
te llama como la voz de los gansos salvajes, áspera y excitante,
anunciando, una y otra vez,
tu lugar en la familia de las cosas.

Mary Oliver

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