(para recordármelo)
I
Haz un lugar para sentarte.
Siéntate. Haz silencio.
Debes depender del
afecto, la lectura, el conocimiento,
la capacidad—más de cada uno
de lo que posees—inspiración,
trabajo, envejecer, paciencia,
porque la paciencia une al tiempo
con la eternidad. Cualquier lector
que guste de tus poemas,
duda de su juicio.
II
Respira con aire no condicionado
el aire no acondicionado.
Evita el cable eléctrico.
Comunícate lentamente. Vive
una vida tridimensional;
mantente alejado de las pantallas.
Mantente alejado de todo
lo que oscurezca el lugar en el que está.
No existen lugares profanos;
solo existen lugares sagrados
y lugares profanados.
III
Acepta lo que viene del silencio.
Haz lo mejor que puedas con ello.
De las pequeñas palabras que emergen
del silencio, como rezos,
dirigidos al que reza,
haz un poema que no perturbe
el silencio del cual proviene.
Wendell Berry