Arrodillarse y besar el suelo

Los que la conocen seguramente ya la aman. Y los que no la conocen merecen hacerlo. La bella Anne Lamott es una escritora de novelas y libros de no ficción, la mayor parte de los cuales tratan sobre la vida y la fe, el ser madre soltera, los días espantosos y los presidentes aborrecibles, y también sobre la gracia inexpugnable que hace que todo esto tenga sentido. Es graciosa, dolorosamente sincera, tan creyente como irreverente, y leer sus libros se parece a escuchar a tu amiga más querida y encantadora.

He aquí un fragmento de “Plan B. Further Thoughts on Faith” (Plan B. Más Reflexiones sobre la Fe), del 2005. Las referencias pueden haber quedado viejas, pero la emoción que lo inspira no. ¿Quién no ha rezado en lugares improbables? ¿Quién no ha maldecido, se ha entregado y se topado -asombrosamente- con la gracia?

Dice Anne:

‘’’Socorro’ es una oración que siempre recibe respuesta. No importa cómo reces -con tu cabeza inclinada, en silencio, o llorando a los gritos, o bailando. Las iglesias son buenos lugares para rezar, pero también los garage y los autos, las montañas, las duchas y los boliches. Años atrás escribí un ensayo que comenzaba así: ‘Algunas personas piensan que Dios está en los detalles, pero yo he llegado a la conclusión de que Dios está en el baño.’. Rezar habitualmente significa adorar, o entregarse, reconociendo que uno se quedó sin cartuchos. Pero no hay reglas firmes. Como dijo Rumi: ‘Hay cientos de maneras de arrodillarse y besar el suelo’. Yo simplemente hablo con Dios. Rezo cuando la gente que conozco se enferma, y recé cuando no sabía si debía tener a mi hijo. Rezo cuando mi escritura es horrible, o cuando, milagrosamente, mejora. Pedí ayuda silenciosamente cadas pocas horas durante los dos últimos años de la vida de mi madre. Hasta pedí ayuda para lidiar con George W. Bush. Recé por que tomara decisiones por el bien común, algo que no ha hecho, pero rezo por que se confunda y lo haga de todos modos. No rezo por su éxito, como no rezo por el mío. Rezo porque él y su gente no destruyan a todo en el camino.

Cuando estoy en mis cabales, que es más o menos dos veces por mes, rezo con bondad.”

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